¿Qué es una buena corrección de estilo?

Es una pregunta difícil de responder. Sin embargo, lo primero que hay que tener en cuenta es que una buena corrección consiste en una revisión minuciosa del contenido escrito, para garantizar la precisión y claridad adecuadas. Además, se debe examinar con cuidado el texto en busca de errores ortográficos, de puntuación, gramaticales, sintácticos y de formato.

La ortografía y la gramática constituyen los elementos de revisión más vitales. Revisar la concordancia del sujeto-verbo, la coherencia del tiempo verbal y el uso correcto de las palabras, según la adecuación que necesite un texto. No es lo mismo un artículo de divulgación en internet que un documento de investigación.

Revisar la puntuación forma parte del proceso y puede considerarse uno de los aspectos más minuciosos, para alcanzar el pulido de un texto. Comprobar el uso correcto y coherente de la coma, el punto, las comillas y otros signos de puntuación, además de asegurarse de los usos apropiados de mayúsculas, minúsculas, nombres y convenciones específicas de un documento, permite asegura una lectura más fluida.

Por otro lado, se necesita una revisión de la estructura total del documento y la claridad de cada una de las frases o periodos que lo componen. Un buen corrector de estilo se asegura de la claridad, la consición y una organización lógica. Además que debe comprobar si hay oraciones atropelladas, pasajes oscuros, fragmentos que no llevan a ninguna parte e incluso frases incómodas que van en detrimento de un buen resultado. La fluidez y las transiciones adecuadas dotarán al escrito de mayor fuerza expresiva.

El estilo elegido debe ser coherente. Por ejemplo, si un documento sigue una línea formal como la del estilo APA, MLA o el Manual de Chicago, se deben mantener las convenciones establecidas para que el texto pueda comunicar de forma eficaz. De igual manera, si es un texto enriquecido por su naturaleza temática específica, se deben mantener sus propias convenciones, para mantener su estructura intacta y elegante.

Aunque no corresponde al corrector de estilo verificar la comprobación o exactitud de la información revisada, es pertinente observar, en la medida de lo posible, que la información está cohesionada dentro de su propio marco. Sugerir los cambios apropiados es algo que todo autor siempre agradecerá, ya que puede salvar el texto de imprecisiones o información poco fiable.

Además, debe evaluarse la legibilidad y el tono general del texto. Un buen corrector debe asegurarse de que el lenguaje es apropiado para la audiencia y el propósito previsto. El tono debe ajustarse al estilo deseado, ya sea formal, informal, académico o profesional.

Las herramientas de corrección, sobre todo en estos tiempos en que se encuentran disponibles gran variedad de programas, pueden ser de gran ayuda, incluso para el escritor común. Sin embargo, las herramientas funcionan mucho mejor en las manos apropiadas, por lo que el escritor que desconozca los aspectos más profundos de la gramática y la corrección debe tener cuidado, ya que es posible que las sugerencias de un corrector no detecte todos los errores y a veces ofrezca soluciones o sugerencias incorrectas.

En conclusión, una buena corrección requiere atención al detalle y una revisión exhaustiva del texto. Es útil tomarse descansos entre las sesiones de corrección para mantener la concentración y la objetividad. Contar con un segundo par de ojos, como otro corrector o editor, también puede ser valioso para detectar errores que a usted se le hayan pasado por alto.

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